Dos carreras en seis días, dos victorias en seis días

27 de septiembre de 2015

Foto de Gaspar corriendo durante la carrera Stevens Creek Striders 50K. Crédito de la foto: Mike Dhuey

Los últimos 6 días se resumen en lo siguiente, primer puesto el domingo en la distancia maratón por montaña, semana de descanso activo (sin llegar a los 5Km diarios a ritmo muy bajo), y el sábado primer puesto en la distancia 50Km de otra carrera por montaña.

La primera carrera era en Calero Park, una carrera muy de andar por casa con muy poco nivel -en general- entre los participantes. Fue una decisión muy de última hora, una forma de obligarme a hacer una tirada larga por montaña de cara a mi preparación para el cruce del Gran Cañón del Colorado (R2R2R) en 4 semanas. La ventaja de ser carrera es que te obligas a un puntito más de velocidad y ritmo, con lo cual el entreno es de más calidad (siempre que pueda recuperar luego rápidamente, descansando bien).

Así que allí aparecí el sábado por la mañana, pagué la inscripción y listo para correr. Coincidí con mi amigo Vitor que corría la distancia media maratón y partía como favorito. El circuito eran dos vueltas de 21Km por las montañas de Calero Park, un recorrido muy exigente en el que se acumulan (para dos vueltas) más de 1600 metros de desnivel positivo. La salida para ambas distancias era conjunta así que me junté con cautela al grupo que corría la media maratón. Sin embargo el ritmo era más bajo que el que yo tenía pensado seguir así que apreté un poquito y nos escapamos Vitor y yo en cabeza. Él conocía el recorrido e iba a por la media maratón así que me serviría de liebre y para no perderme (si es que era capaz de seguirle el ritmo)

Perfil de alturas de la carrera Fall Out of Summer at Calero Park Marathon

Por suerte Vitor llevaba un ritmo tranquilo en las primeras rampas y pudimos ir juntos los primeros 8Km (yo siguiéndole en la distancia). Pero a partir de ahí se sube al punto más alto y Vitor optó por caminar las zonas más escarpadas. Yo me animé a mantener el trote en las subidas y le acabé pasando. Al llegar arriba del todo me sentía bien de piernas y decidí darle vidilla en la bajada, ya que era pista amplia y corredora. Justo antes del primer paso por los 21Km hay otra montaña que superar, aunque más pequeña que la anterior. Ahí también pude correr cuesta arriba así que acabé completando el primer bucle en primera posición. Relativamente bien de piernas continué con mi segunda vuelta por el mismo sitio para completar la maratón, esta vez solo. Sabía que le sacaba bastante al segundo, por lo que empecé a bajar el ritmo. Además no lo he mencionado pero era un día con temperaturas que llegaron a 38C, y conforme el sol se elevaba nos íbamos acercando a esa temperatura. Así que el insoportable calor empezó a pasarme factura. En el kilómetro 30 el aire quemaba y me costaba mantener un ritmo de carrera así que en un par de momentos decidí andar por unos metros. Llegué a meta bastante cansado pero feliz por el primer puesto. Mi tiempo oficial fue de 3 horas 51 minutos, estableciendo un nuevo récord del circuito de esta carrera que lleva ya tres ediciones.

El lunes me sentía bastante cansado pero aún así cumplí con mi rutina de correr todos los días, hice unos 4Km muy pausados para soltar piernas. Esto se repitió el resto de días de la semana, sin superar nunca los 5Km ni bajar de 4:30min/km. Aún con todo, llegué al viernes con sensación de piernas cansadas. Lo bueno es que esa semana Emma durmió (milagrosamente) bien todas las noches, así que recuperé mucho sueño atrasado.

De este modo llegué a la carrera del sábado, los 50Km, en una carrera de más envergadura, la Stevens Creek Striders 50K. Mi principal rival era Chris, un tipo muy majo con un historial de ultras impresionante. Además venía de correr UTMB acabando bastante arriba. Para ser sinceros no me veía capaz de superarlo. De hecho comenzó la carrera y se puso inmediatamente primero, imponiendo un ritmo bastante alto, o muy al límite de lo que yo estaba dispuesto a mantener en los primeros compases de una carrera de 50Km por montaña. Aún así me mantuve a corta distancia de él. Yo estaba preocupado por perderme, ya que es un recorrido complicado con muchos cruces de caminos, bucles, zonas de ida y vuelta, etc. Seguir a alguien da confianza y puedes relajarte un poco disfrutando el entorno en lugar de estar buscando balizas como un poseso.

Mapa de la carrera Stevens Creek Striders 50K.

Los primeros 9Km eran de bajada así que sabía que era el momento para ir rápido, de ahí que aceptase el alto ritmo que Chris imponía. Pero en cuanto llegamos al primer (y gran) ascenso de la carrera, Chris se descolgó y asumí yo la primera posición que no abandonaría hasta la meta. Tras coronar la primera cima se llanea un poco en una zona que es de ida y vuelta. Así llegué al primer avituallamiento (a los 18Km) donde recargué agua en mis dos botellines sin ver a Chris. Así volví por el camino por dónde había venido esperando ver a Chris y poder calcular cuánto le sacaba. No mucho, diría que unos 5 minutos a lo sumo, pero le vi que hacía power-hiking donde yo había subido corriendo y eso me dió ánimos para soltarme en el tramo de sube-y-baja que venía a continuación. Es un tramo precioso de sendero a través del típico bosque de redwoods californianos. Espectacular.

Perfil de alturas de la carrera Stevens Creek Striders 50K.

El siguiente avituallamiento también lo pasé rápidamente y el siguiente estaba en la misma línea de meta, marcando el kilómetro 32. Llegué, pillé un par de geles más, llené agua y continué rápidamente temiendo que Chris estuviese bastante cerca. Así me enfrenté a la segunda sección de la carrera, una zona con menos vegetación en la que el calor empezó a hacer acto de presencia (calculo que llegaríamos a 32C fácilmente). Se me hizo algo duro este tramo pero estaba a gusto porque podía mantener un ritmo alegre pasada la barrera de los 35K.

Había que llegar de nuevo a un avituallamiento en el extremo norte del recorrido que luego se deshace. De hecho fue raro porque llegué a él y me cogieron las botellas de agua para rellenármelas pero me dijeron que debía continuar unos 200m más hasta llegar al punto donde dar la vuelta. Así lo hice y volví a por mis botellas y a deshacer el camino. Esto sería el km 41. Había llegado el momento de descubrir a qué distancia estaba Chris, mi perseguidor. Eso iba a marcar el nivel de dolor y sufrimiento que me esperaba para acabar la carrera.

Con esa incógnita enfrenté el camino de vuelta esperando encontrar a Chris en seguida. Por fortuna no le encontré hasta casi justo el punto en que ambos caminos (el de ida y el de vuelta) se separan. Felizmente calculé que le sacaría unos 35 minutos quedando sólo 8Km o menos. Aunque aún me quedaban piernas decidí bajar un puntito la velocidad y buscar un ritmo más conservador. Incluso andé un instante para tomarme un gel cómodamente. Sabía que la primera posición estaba en mi mano y podía conservar. Además esa sensación de tener controlada la carrera y de que incluso la iba a ganar me dió mucha fuerza. No tuve ningún mega-bajón de los que me suelen dar. No se me quitaba la sonrisa de la boca. Incluso el último km (el recorrido al final era de 52Km) me solté un poquito.

Crucé la meta en 4h43m, para un desnivel positivo de 1731m. Pensé que sería una carrera más rápida por el modesto desnivel, pero es un desnivel que se acumula con constante bajadas y subidas cortas, por lo que es difícil mantener un ritmo constante elevado. Es uno de esos recorridos que engañan, mucho más duro de lo que parece sobre el papel.

El registro de tiempo es manual, y al cruzar la meta me felicitaron por el segundo puesto. Les dije que no, que yo era el primero. Extrañados me indicaron que el primero acababa de llegar hace escasos minutos. Entonces se dieron cuenta que yo era del 50K y el otro corredor era de la distancia de 30K. No esperaban que llegase tan pronto. De hecho el de 30K hizo de media un ritmo mucho más bajo que el que yo marqué en mis 50K. Aún así, cuando se dieron cuenta del error de que yo era de 50K, uno de los comisarios me dijo que tenía que hacer el otro bucle, lo cual yo pensé que era una broma por lo que me reí. Los cojones iba yo a hacer otros 20Km más. Claro, todos los corredores de 50K pasamos una vez por meta, hacemos el bucle de 20Km y llegamos a la meta por segunda vez para finalizar. Pensaban que me faltaba un bucle ya que aún había muchos corredores del 50K que estaban llegando por primera vez a la meta. Pero yo ya hacía mucho que había pasado por ahí en el km 32. Enseguida comprobaron mi dorsal, vieron que efectivamente había pasado por ahí antes (luego llegarían los registros de mi paso por los extremos norte y sur de la carrera, que en toda la zona de montaña no hay absolutamente nada de cobertura móvil). Entonces me felicitaron efusivamente y se disculparon por la confusión (comprensible ya que todos los registros son manuales). Fue una situación muy graciosa.

Chris acabaría llegando a 37 minutos de mí. Él también decidió bajar el ritmo al verme tan adelantado. Supongo que nos vino muy bien a los dos darnos cuenta de la distancia que nos separaba. Estuvimos charlando un buen rato mientras iban llegando el resto de corredores de todas las distancias, incluída la media maratón (en la cual, al ganador de la misma, también superé ampliamente en ritmo medio). El esperar a otros corredores, ver las caras de alegría al llegar, de sufrimiento, de lucha interna, etc. es una experiencia increíble. La meta de una carrera es un lugar mágico, donde explotan las emociones humanas. Disfruté mucho de las casi 3 horas que estuve ahí hasta que llegó la ceremonia de entrega de premios de mi carrera. Ahí me hicieron entrega de la placa conmemorativa y de un cheque regalo majo para pillarme cosas en una tienda de corredores de aquí. Unas cuantas fotos y a conducir de vuelta a casa.

Gaspar, junto a los directores de carrera, con su placa conmemorativa y cheque regalo.

Ha sido una semana mágica donde la mejor lectura es que parece que empiezo a aprender a regularme en la ultra distancia, evitando al hombre del mazo conociéndome mejor, y que además puedo recuperar decentemente entre carreras largas. Ahora tengo en mente cruzar el Gran Cañón del Colorado en apenas 3 semanas. Después, en diciembre, tengo la gran cita de las 50 millas de The North Face San Francisco. Son 80Km por montaña que me dan mucho respeto y que acabaron conmigo el año pasado, a ver este año qué tal se me da. Algo más de experiencia creo que tengo, pero -aunque las sensaciones son buenas- no me acabo de ver capaz de correr 80Km del tirón a un ritmo decente. Pero ya saldré de dudas en unos meses. ¡A seguir trabajando!

Datos de las carreras

Tenéis la ruta, tiempos y parciales exactos de ambas carreras en Strava: